
Retornar a la normalidad
El mundo que construimos a su “imagen y semejanza” nos llevó a convivir -sin ningún tipo de remordimiento- con horrendas mentiras. Esa “maravillosa” disonancia cognitiva–que se crea, pule y nutre desde la más tierna infancia- nos enseñó que un trozo de cadáver en nuestro plato es un regalo de Dios y no una santa criatura ejecutada por simple capricho. Los exégetas contribuyeron para que ese pérfido adoctrinamiento sea total y absoluto, pues cuando despedazamos con nuestros “c

Cuando las verdades molestan...
Los otros días cometí la "osadía" de subir un trabajo artístico fantástico de un activista vegano. Gabriel García Márquez sentía una profunda admiración por José Luis Perales, debido a que el afamado cantautor podía resumir en una canción de tres minutos lo que a él le llevaba ríos de tinta. A mi me pasa algo similar con el artista -que desconozco el nombre- de ese trabajo que sacude las fibras más íntimas de los que se alimentan de carroña. Tengo absolutamente claro que nadi