
La distracción del mundo vegano
Desde hace algún tiempo mis discrepancias con el movimiento se acrecientan enormemente y en este artículo voy a tratar de dejarlas establecidas. Considero que nos estamos ocupando de temas absolutamente banales, como sin duda lo son las recetas de cocina, la vitamina B12 o las proteínas para nuestro cuerpo humano, en lugar de enfocarnos en el gran problema que nos atañe que es la hecatombe de miles de seres por minuto. Dicha infeliz circunstancia nos hace caer ridículamente e


Estamos al borde del precipicio y ese paso al frente para caer al abismo está ahí mismo, muy cerca.
Mis primeros pasos en el veganismo fueron asumidos con total naturalidad, sin esa búsqueda afanosa e histérica en libros, manuales o revistas. El hecho de pensar que gracias a mi pequeño aporte se estaba salvando una vida era argumento más que suficiente para seguir adelante, convencido de transitar por la senda correcta. A los pocos meses de asumir ese compromiso con la vida de los más vulnerables fui con mi familia a visitar a uno de mis hermanos y este se sorprendió al ver


¿Llegará el día en que la ira que nos provoca la rápida agonía de un toro de lidia sea la misma que
A algunas conclusiones se puede arribar a raíz del curioso comportamiento humano: sabemos separar “maravillosamente” a los animales que nos brindan belleza y ternura de los que son la materia prima de nuestro consumo cotidiano. A tales efectos, apareció un dibujo en la Web que explica de manera elocuente y eficaz la dualidad de criterios que tenemos respecto del maltrato animal. Sentados a una mesa redonda vestida con un mantel rojo, dialogan dos clases de animales: los domés