
Reflexiones en tiempos en que el mundo salvaje invade la civilización...
Cuando le comento a la gente de mi entorno que todos los días voy y regreso del trabajo en el subterráneo, lo que recibo son miradas en las que se entremezclan la repugnancia y el asombro. La repugnancia se resume en que viajo con gente de los estratos socioeconómicos más bajos y el asombro -que me catapulta a héroes del nivel de Superman- es que me atrevo a ese "desafío". Vivimos tiempos difíciles y el Coronavirus evidenció lo que vengo constatando hace años: los humanos hem