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La culpa es de la vaca


Amad a todo ser viviente y pacificad vuestros espíritus dejando de matar y comer animales; he ahí la verdadera prueba de religiosidad, pues el verdadero sabio y hombre de Dios no sólo no matará ni comerá a ninguna criatura sino que amará, conservará y potenciará la vida en todas sus manifestaciones

Buda


La célebre alegoría de la vaca -ampliamente conocida como ejemplo de abnegación y superación- concluye que lo peor que nos puede pasar es conformarnos de manera timorata con lo que nos ofrece nuestra zona de confort. Lo importante en esta vida es recorrer caminos, hurgar más allá de lo imaginable, dar los pasos necesarios que nos permitan derribar las barreras y pulverizar aquellos mitos que nos impiden abandonar ese estado emocional signado por el miedo y la mediocridad.

Echando mano al ejemplo de la vaca, el maestro se dispuso a impartir a sus alumnos una clase enriquecedora, visitando un poblado rural en las afueras de la ciudad. En dicha comarca -signada por la pobreza y su estoico carácter lúgubre- se acercaron a la más humilde de las moradas. Allí fueron recibidos por una familia de triste semblante. Era un matrimonio con seis hijos, todos harapientos y acostumbrados al rigor de una vida hueca, sin esperanzas ni expectativas. Hacinados en una pequeña choza, la indigencia de sus moradores se veía en su luctuoso estado de extrema delgadez y por la profunda falta de higiene. Su única pertenencia era una famélica vaca amarrada al portón de la entrada. A pesar del estado calamitoso de la familia, los buenos modales hicieron que se entablara un nutrido diálogo entre el hombre de casa y el maestro, y este pidió permiso para pernoctar allí, junto con sus alumnos. La razón del diálogo era anticipar la iniciativa con la que habría de proceder el maestro al otro día. En aquella conversación, el padre de familia argumentó que su desnutrida vaca era el único sustento de la familia, pues, a pesar de todo, proporcionaba algo de leche para alimentar a sus criaturas.


A la mañana siguiente, el maestro extrajo de su maleta un afilado cuchillo y ante la atónita mirada de sus alumnos, lo introdujo con firmeza en el testuz de la vaca sin mediar palabra, a la usanza de un torero, dándole muerte en forma casi instantánea. La lógica reacción de los alumnos fue irrumpir en llantos desconsolados, pues no hacía muchas horas se enteraban de los momentos dramáticos por los que atravesaba esa desdichada familia. No podían entender cómo -sabiendo que la vaca era su único medio de subsistencia- el maestro podía tomar esa deleznable decisión, reñida con los más altos valores morales. Muerta la vaca, en forma sigilosa se retiraron del lugar sin dar explicaciones, mientras la familia dormía.


Transcurrido un año, el maestro -que se vio difamado y odiado por sus alumnos por aquella controversial iniciativa- decidió nuevamente visitar a la familia junto con los mismos estudiantes. En lugar de la vivienda ruinosa se encontraron con una hermosa finca. Los niños sucios de ayer se habían transformado en apuestos y saludables. Lucían de forma espléndida y sus ropas brillaban por su pulcritud. Los recibió el padre con una amplia sonrisa y los hizo pasar.


Los alumnos estaban desconcertados y absortos; no entendían ese cambio diametral de vida. Los alumnos no, pero el maestro sí, pero dejó que el dueño de casa diera su explicación acerca de lo sucedido:


-Enseguida que ustedes se retiraron ocurrió una terrible desgracia; la vaca apareció muerta. Acostumbrados a que la vaca era nuestro único medio de vida, pasamos unos días llorando sin saber qué hacer. El estado de salud de mis hijos era crítico y fue recién ahí que pude reaccionar. Lo primero que hice fue limpiar el patio trasero para empezar a plantar semillas. A los pocos meses empezamos a recoger el fruto del trabajo que alcanzó para nuestro sustento y también para venderlo a los vecinos. De esa forma comenzamos a prosperar rápidamente, que es lo que ustedes están viendo.


La moraleja de este pequeño relato es que no debemos conformarnos con nuestra zona de confort. Lo imprescindible para tener un futuro exitoso es trasponer la línea de lo permitido por la sociedad. La zona de confort denota quietud, mediocridad y resignación, y la única forma de superarse es asumiendo riesgos. Ese es el mensaje y es la única cara de la moneda que todos miramos. El otro lado que nadie quiere ver, es la vaca. El padre de familia no lamentó el triste desenlace de la vaca, sino que su angustia radicó en la pérdida de su esclava. Tampoco los alumnos irrumpieron en "llantos desconsolados" por la suerte de la vaca, sino por la actitud del maestro ante la precariedad de la familia. Por último, el maestro utilizó al animal como mero vehículo para dar una lección a sus estudiantes. En resumidas cuentas, nadie se percató de los derechos de la vaca, ni de su estado emocional.



La vaca en la sociedad occidental nos acompaña fielmente a toda hora, todos los días del año y durante toda nuestra existencia. Una vez que dejamos la lactancia materna, pasamos inmediatamente al amamantamiento vacuno de por vida. Prueba de ello, es ampliamente conocido por grandes y pequeños cierto ejercicio mental en el que es obligatorio responder rápidamente a preguntas fáciles cuyo hilo conductor se circunscribe a un mismo concepto:


Pregunta: ¿De qué color son las nubes? Respuesta: blancas.

Pregunta: ¿De qué color es la nieve? Respuesta: blanca.

Pregunta: ¿Qué bebe la vaca? Respuesta: leche.


La persona que interroga va induciendo al error del que responde mediante la asociación de ideas que subliminalmente lo conducen hacia el color blanco. La verdadera pregunta es: ¿la gente responde "leche" porque las respuestas anteriores lo van llevando hacia ese razonamiento o porque no tiene dudas que la vaca bebe la leche de su madre durante toda la vida? ¿Por qué no pensar de esa forma? Si nosotros bebemos la leche de un animal que nada tiene que ver con nosotros, se trataría de un acto de estricta naturaleza que la vaca bebiera su propia leche de acuerdo a nuestra estructura mental. Sin embargo, la respuesta es "agua", pues como todo mamífero normal, beberá la leche de su madre exclusivamente durante el período de lactancia.


Desde pequeños nos han inculcado que consumir productos lácteos es algo sano e imprescindible para nuestra fisiología; incluso algunos van más allá sosteniendo que si prescindimos de ellos estamos en grave riesgo de padecer enfermedades que nos pueden llevar a una completa desnutrición, descalcificación de los huesos o inminente muerte. Toda esta teoría se refuerza aún más si le sumamos las cifras millonarias que invierten las empresas de ese rubro en todo tipo de publicidades televisivas, radiales, gigantografías, periódicos, internet, etc. No contentos con toda esa parafernalia, contratan médicos para que aparezcan en la publicidad, a los efectos de que no se dude de la seriedad del producto, de su carácter nutritivo, y sobre todo para evitar que se sospeche que se pudiera tratar de un gran fraude. Lo cierto es que así como la gente está convencida del axioma que dice que la leche es buena, los médicos -que también son gente común, pero con más estudios- no son la excepción.


En resumidas cuentas, poseemos un cerebro magnífico, pero que lamentablemente está manipulado y contaminado por los grandes consorcios y empresas de publicidad, que se aprovechan del terrible error de generaciones anteriores para seguir vendiéndonos eso veneno llamado leche de vaca. Solo la publicidad puede convencernos de que la leche de otra especie puede contribuir a nuestra buena salud. Recurrir a la palabra de un galeno definitivamente tendrá sus efectos y aportará al producto la credibilidad necesaria para catalogarlo como apto para el consumo humano.


Dicen que nunca es tarde, pero frisando el medio siglo de vida caí en la cuenta de está demencia en la que estamos inmersos.


Me animo a concluir este artículo con una afirmación que no debería traer polémica: solo una madre humana ignorante y que tiene el cerebro totalmente lavado, puede considerar sustituir su insustituible leche por leche de vaca para alimentar a su bebé.


https://www.facebook.com/YagodeMarta/videos/2153223001360853/



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