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El cortejo fúnebre de una vaca


Según la Wikipedia, un cortejo fúnebre es una procesión, por lo general, en un vehículos de motor, desde una iglesia, sinagoga o mezquita hasta el cementerio. El féretro del fallecido suele transportarse en un coche fúnebre (no sé a qué estúpida razón obedece a que siempre sean de color negro), mientras que la familia y los amigos le siguen en sus vehículos.


Nuestra vida urbana está sofocada por reglas de urbanidad, ceremonias y rituales que nos condicionan la vida, no nos permiten fluir, a veces nos complican la vida, pero hay cumplirlas a rajatabla, no sea cosa que... De esa manera celebramos nacimientos, matrimonios y muertes, siempre con mucha comida, siempre con muchas flores. Son costumbres inamovibles que vienen desde la antigüedad y se les inculca a los niños desde muy temprana edad. De esa manera los nacimientos se celebran con sonrisas y las muertes con llantos -aunque Celia diga que "no hay que llorar porque la vida es un carnaval" y haya "transgredido" las rígidas reglas mandando celebrar su muerte con alegría-. Absolutamente todo está digitado y si en el cementerio se está enterrando a un gran maldito que le hizo la vida imposible a todos los presentes, la gente deberá llorar de la boca para afuera, mientras su corazón goce y palpite de alegría.

Hemos perdido la espontaneidad y creado sociedades basadas en el temor generalizado: miedo a hacer el ridículo, a que nos asalten, a que nos espíen, a ser felices. Tan poco inteligentes somos que todavía no hemos aprendido que para ser espontáneos solo nos basta con observar los códigos no escritos del reino animal.


El presente vídeo nos enseña en primer lugar que los humanos tratamos por todos los medios posibles de no ensuciarnos las manos con sangre. Salvo aquellos "audaces" matarifes o asesinos a sueldo, el resto de la humanidad se vestirá con guantes, tapabocas y delantales para no entrar en contacto con que ese despreciable líquido escarlata. La sociedad de consumo inventó el artilugio y nos vendió el paquete de que la sangre empacada en un bonito envoltorio, en lugar de darnos asco, nos abre el apetito.


Una vaca confinada en un campo de concentración, mientras se toma un minuto de sosiego es sorprendida por una máquina infernal que la liberará definitivamente del tormento que fue su vida. Ella sabe -y todos sus amigos saben- que le llegó el final. Algún doctor Menguele del campo habrá determinado momentos antes que dicho animal "ya no es rentable" y de inmediato tiene que transformarse en cientos de "divertidas" hamburguesas. Las compungidas vacas acompañarán a su amiga caída en desgracia hasta donde se lo permitan sus carceleros, en una muestra de respeto y de solemne despedida.


Cada vez que llevo a Ciruelita a la veterinaria, siempre trato de iniciar el "incómodo" debate con la médica responsable acerca del contrasentido de ser veterinario y no ser vegano. Palabras más, palabras menos, ella manifestó en cierta ocasión que las vacas no tienen sentimientos, ni tampoco inteligencia. ¿Después de ver este vídeo seguirá pensando de esa manera?


https://www.facebook.com/garytvcom/videos/317746969044921/

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