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De cómo Avispado convirtió a Isabel Pantoja en la "Viuda de España"


Tuvo que pasar una relativa calma de casi cuatro décadas para que la misma "fatalidad" ocurrida a Manolete se trasplantara en otro referente de la tauromaquia: Francisco Rivera, "Paquirri". "Avispado" era el que ahora quería destronar al rey "Islero", que cómodamente se sentaba en el sillón de los elegidos por la historia. A diferencia de lo ocurrido con el ícono del toreo de todas las épocas -en donde un solo fotógrafo había captado la cogida- aquí estuvo todo grabado, hasta incluso la misma operación en la enfermería de la plaza y los diálogos del accidentado con los galenos. Pero al igual que la muerte de aquel, esta le fue atribuida a las desinteligencias de un hospital que todavía no había sido inaugurado, a que la enfermería de Pozoblanco no reunía las condiciones mínimas para los primeros auxilios, a que los 86 km de carretera sinuosa e interminable que separaba la plaza de toros de Córdoba llevó cincuenta y cinco minutos eternos o a qué sé yo, pero nunca a Avispado, que lo levantó por los aires como si fuera una marioneta y no se cansó de puyarlo cada vez que pudo. En Barbate (Cádiz), ciudad que lo vio correr y crecer, las banderas ondeaban a media asta en señal de luto.


Su éxito como matador de toros le dio un aura de estrella de Hollywood y cuando contrajo nupcias con Carmen, hija del célebre torero Antonio Ordoñez, la prensa de todo el país calificó el enlace como la boda del año (1972). A los seis años, la sociedad conyugal se disolvió y dos hijos habrían de incorporarse años después al mundo de la tauromaquia: Francisco y Cayetano.



Para fortuna de las revistas del corazón -que lo tenían por aquellos años como personaje favorito- no pasó mucho tiempo para que nuevamente entablara un romance más que mediático. Finalmente, el 30 de abril de 1983 se casó por segunda vez, ahora con la no menos popular Isabel Pantoja. Si la primera boda había sido todo un acontecimiento social, la segunda se caracterizó por la extravagancia. La famosa tonadillera -que se había encargado de recitar en sus canciones que llegaba virgen al casamiento- llegó en un carruaje tirado por cuatro yeguas blancas, tratando de enseñar al mundo que Disney se habría inspirado en ella para la historia de Cenicienta. Miles de sevillanos colmaron la salida de la iglesia para desearle larga vida y gloria eterna a la novel pareja de ricos, bonitos y famosos. Pero "no fueron felices para siempre", pues Avispado "lo echó todo a perder" cuando hizo "acrobacia" durante casi ocho memorables segundos con la humanidad de Paquirri, la tarde del 26 de septiembre de 1984. Una multitud acompañó y saludó con efusivos aplausos el camino del torero hacia su última morada y su cónyuge supérstite pasó a tener un extraño título nobiliario con el que nunca hubiese querido cargar: "la Viuda de España".


Ese raro magnetismo que tuvieron y tienen los toreros, los convierte en personajes del jet set internacional y hace que se relacionen con total naturalidad con la realeza y figuras rutilantes del espectáculo.


Son muchos los artistas que exaltaron la representación taurina. A manera de ejemplo podemos citar al laureado futbolista Ronaldo, que en pleno apogeo de su carrera protagonizó un comercial para la cerveza brasileña Brahma. En él, se ve al futbolista sentado en las gradas de una plaza de toros; se percata que la única manera que tiene para abrir la botella (recordar que la tapa plástica con rosca es un invento relativamente nuevo) era el pitón del toro que había salido momentos antes como una tromba al centro del coso. Hete aquí que el astado y Ronaldo "se sacan chispas" con la mirada, hasta que el animal toma la iniciativa de embestirlo. En pocas palabras, lo que suele hacer el torero con el capote, Ronaldo lo hizo con la pelota y en una serie de imágenes montadas se da a entender que el futbolista dejó mareado al toro. Para coronar con éxito la burla al animal, Ronaldo se aprovecha del extenuado estado de su oponente para -sin mayores complicaciones y como mero trámite- utilizar su cuerno para abrir la botella.


La reina del pop, Madonna, ya había grabado en 1994 un vídeo que denotaba su admiración por la tauromaquia. En 2015, a los cincuenta y seis años de edad, volvió a vestirse de luces y a dar lances a un minotauro en un baile cargado de erotismo, en el tema musical denominado "Living for Love"; una verdadera exaltación a la fiesta taurina. En el videoclip "Te dejo Madrid", la cantante colombiana Shakira -al igual que Madonna- aparece ataviada de torera y con ese trabajo alcanzó el primer puesto en varios países de Latinoamérica, lo que no deja dudas que su evocación al universo taurino trasunta su particular fascinación por esa disciplina.


Una nota elaborada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte sobre el Plan estratégico Nacional de Fomento y Protección de la Tauromaquia define a dicha "expresión cultural" de la siguiente manera: "La nueva consideración legal de la Tauromaquia como patrimonio cultural justifica y propicia la intervención del Estado en defensa de una expresión relevante de la cultura tradicional del pueblo español, que todos los españoles tienen el derecho de disfrutar y ejercer en condición de igualdad, y no ya bajo los títulos habilitantes relacionados con la policía de los espectáculos públicos en su relación con el orden público y la seguridad ciudadana, sino bajo la habilitación general que otorgan los artículos 46, 44, 149.1 reglas 1a y 28a, y 149.2 de la Constitución para que el Estado asuma el fomento y la protección de la cultura y la garantía del derecho de acceso a la misma por parte de todos los ciudadanos". Otra interesante definición: "La Tauromaquia es un conjunto de actividades que se conecta directamente con el ejercicio de derechos fundamentales y libertades públicas amparados por nuestra Constitución, como son los de pensamiento y expresión, de producción y creación literaria, artística, científica y técnica. Y resulta evidente que la Tauromaquia, como actividad cultural y artística, requiere de protección y fomento por parte del Estado y de las Comunidades Autónomas".


Habida cuenta de que el marco legal la defiende como la expresión cultural que identifica a España en el mundo y que cientos de artistas de todas las disciplinas equiparan ese sangriento atentado contra un animal como todo un espectáculo, todavía no están dadas las bases para la erradicación de esta práctica aberrante (aunque Cataluña haya dado el primer gran paso).


Nadie más representativo que el presidente del gobierno español y el rey emérito, Don Juan Carlos, para mostrar la admiración que siente toda una nación. Mariano Rajoy se despachó alguna vez con comentarios -loas, diría yo- acerca de la "fiesta": "Ya desde hace mucho tiempo me gusta ir a los toros, creo que forma parte de la cultura española, no se molesta a nadie y yo estoy muy orgulloso y contento de estar en Zaragoza esta tarde y también otros muchos días". Alguna vez se sintió sorprendido por esa "manía" que tienen algunos de denostar tan "bonito" espectáculo: "Aquí en España ha llegado un momento en que se forman polémicas y se discute todo. Lo bueno sería que mirásemos al futuro, que respetásemos lo que es razonable y lo que ha sido nuestra historia y nuestra tradición y cultura y que dejásemos de armar líos. Ya lo ve usted, una plaza de toros llena, con gente disfrutando. Esto es una industria y es una de nuestras señas de identidad". Por su parte, el exmonarca se cansó de agitar pañuelos en los diferentes coliseos del país para mostrar su admiración a dicha expresión cultural. Pero hay mucho más, y a manera de muestreo tenemos que la difunta tonadillera Rocío Jurado contrajo nupcias con el matador Ortega Cano. Lo mismo sucedió con la heredera de la Duquesa de Alba, Eugenia Martínez de Irujo, que estuvo casada con el torero e hijo del malogrado Paquirri, Francisco Rivera Ordoñez, quien en 2015 estuvo a punto de correr con la misma suerte que su padre.


Aun cuando esta es una pequeña síntesis -en la que se destaca que el marco legal lo permite y apadrina, al igual que personajes de la farándula, deportistas, actores y políticos lo ensalzan- no puedo entender, y me genera un intríngulis imposible de descifrar, cómo puede ser que coexistan en un mismo recinto una parroquia católica -en la que debería abundar la misericordia- y un circo que hace apología de la humillación. Me provoca nauseas comprobar con qué ligereza el poder y la religión se mezclan con las artes y estas con la sangre, haciendo una mezcolanza difícil de digerir. Con solo ver la ceremonia en la que el futbolista Raúl González se despide de su querido Real Madrid, se podrá tener una idea cabal de la entrañable amistad entre España y la muerte.


Está comprobado que el hombre no dejará de jugar con la muerte, ni de crear espectáculos a partir de sus peores crímenes. Si la fiesta taurina fuese una real demostración de valentía, habilidad y destreza, el torero se presentaría solo en la arena, como sabían hacerlo los gladiadores del circo romano, y no a través de varias personas con sendos instrumentos para defenderse atacando. Pero el pueblo pide "pan y circo", y no queda otra alternativa que dárselos.


Vaya pues, el homenaje al gigante Avispado, que en la adversidad supo vender cara su digitada e inexorable derrota.

Muerte de Paquirri

https://www.youtube.com/watch?v=9n4JPt8yx0g

Comercial: Brahma - Ronaldo

https://www.youtube.com/watch?v=G1KNEgkKfy4

"Living for Love" - Madonna

https://www.youtube.com/watch?v=u9h7Teiyvc8

"Te dejo Madrid" - Shakira

https://www.youtube.com/watch?v=jgCh19FJ1hg

Raúl González

https://www.youtube.com/watch?v=Ctd0KbN3BQM

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